9/05/2012

Síndrome de Down y el comer en familia


COMER EN FAMILIA


La comida familiar tiene un papel decisivo en la transmisión de hábitos y costumbres, ofrece seguridad y sentido de pertenencia a la familia, tiene un impacto positivo en el desarrollo de niños y adolescentes y fomenta la buena salud. Todo ello es perfectamente transferible cuando tenemos un hijo con síndrome de Down. Cuanto antes participe en la comida en familia, mucho antes se irá integrando y adquiriendo los grandes valores de los que debemos disfrutar durante el tiempo de la comida en familia.

El "ritual" de comer en familia no hay que reinventarlo cada día. Cualquiera puede conseguir que sea un tiempo de convivencia familiar de "calidad". Nos permite cuidar unos de otros, compartir, recorrer juntos el camino de la vida. Esta intimidad natural es la base sobre la que luego se levanta la "calidad". Y a ella está llamado también nuestro hijo, que irá aprendiendo poquito a poco las normas, los modales, la convivencia. Será preciso, claro, que el niño haya aprendido a comer solo, sin ayudas, aunque haya todavía que echarle más de una mano... Para ello, es útil que recordemos las sugerencias que nos hacen en “Comer solos”  
Son momentos naturales donde se cuenta y se asimila la historia, las tradiciones religiosas y culturales y los valores de la familia, para aplicarlos en la vida cotidiana a los problemas y oportunidades que encontrarán: estar atento a las necesidades del otro, animar con una anécdota, ser generoso...; o antes y después: ayudando a preparar la comida, a quitar la mesa, etc. La responsabilidad se adquiere asumiendo los encargos, y son muchos, pequeños, los que el niño puede hacer.

Es indispensable tener la televisión apagada. El diálogo es el núcleo de la comida en familia. Ese es el tipo de diálogo que constituye enseñanza auténtica del lenguaje, que tanto va a necesitar el niño, joven o adulto con síndrome de Down. Esta reunión es diaria y permite a cada miembro de la familia expresarse y transmitir a los demás sus vivencias del día. El niño con síndrome de Down escucha y quiere participar como un miembro más e intentará y conseguirá contar algo de lo que le haya sucedido, al igual que sus padres y hermanos. Además, aprenderá a esperar su turno para hablar.

Mantener un ambiente agradable, disfrutar de conversaciones positivas y en tono agradable, no convertir la comida en tiempo de regañar... Habla, escucha y ríe. Comer juntos no es todo cuando se trata de intimidad familiar, pero sí una parte y la más factible.


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