El término "estilo de aprendizaje" se refiere
al hecho de que cuando queremos aprender algo cada uno de nosotros utiliza
su propio método o conjunto de estrategias. Aunque las estrategias
concretas que utilizamos varían según lo que queramos aprender,
cada uno de nosotros tiende a desarrollar unas preferencias globales. Esas
preferencias o tendencias a utilizar más unas determinadas maneras
de aprender que otras constituyen nuestro estilo de aprendizaje.
Que no todos aprendemos igual, ni a la misma velocidad
no es ninguna novedad. En cualquier grupo en el que más de dos personas
empiecen a estudiar una materia todos juntos y partiendo del mismo nivel,
nos encontraremos al cabo de muy poco tiempo con grandes diferencias en
los conocimientos de cada miembro del grupo y eso a pesar del hecho de
que aparentemente todos han recibido las mismas explicaciones y hecho las
mismas actividades y ejercicios. Cada miembro del grupo aprenderá
de manera distinta, tendrá dudas distintas y avanzará más
en unas áreas que en otras.
Esas diferencias en el aprendizaje son el resultado
de muchos factores, como por ejemplo la motivación, el bagaje cultural
previo y la edad. Pero esos factores no explican porque con frecuencia
nos encontramos con alumnos con la misma motivación y de la misma
edad y bagaje cultural que, sin embargo, aprenden de distinta manera, de
tal forma que, mientras a uno se le da muy bien redactar, al otro le resultan
mucho más fácil los ejercicios de gramática. Esas
diferencias si podrían deberse, sin embargo, a su distinta manera
de aprender.
El aprendizaje se ve afectado por múltiples factores: desde
características ambientales (como la luz, la temperatura o el ruido)
hasta rasgos emocionales (como la motivación y la responsabilidad).
El "estilo de aprendizaje" de cada persona, es según la escuela de programación neurolingüistica (PNL) la manera preferida que cada uno tiene de captar, recordar, imaginar o enseñar un contenido determinado.
El canal perceptual por donde nos apropiamos de los contenidos (el ojo,
el oído, o el cuerpo en general) resulta fundamental en nuestras
preferencias de aprendizaje. La mayoría de nosotros utilizamos estos
canales en forma desigual, potenciando unos y desatendiendo otros. Esto
da origen a tres estilos básicos de aprendizaje:
visual, auditivo y kinestésico. Por ejemplo, si intentamos pensar en una
ciudad que hayamos visitado una vez, algunos recordaremos mejor el
aspecto de sus edificios (visual), otros su nombre (auditivo), otros el
calor o frío que hacía cuando estuvimos ahí (kinestésico).
MAEM, en su trabajo constante de entregar las mejores herramientas a los padres y estudiantes para conseguir los logros académicos esperados, les invita a contactarse y solicitar la asistencia por parte de un psicopedagógo en la aplicación de TEST "ESTILOS DE APRENDIZAJE".
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